Escuchar cantar a los pájaros cuando ya acaban el día; niños jugando a lo lejos, árboles meciéndose con el viento... Sentarse a observar, pensar, leer, tomar el sol o protegerse de él. Son espacios muy necesarios los parques y jardines; sin ellos las ciudades serían mucho más grises y tristes. Refugios que a veces guardan algún secreto y también historias de todo tipo... Los protagonistas, sin duda, los árboles; algunos llevan escritos los nombres de amantes y amigos que quisieron dejar testigo de su paso por el lugar... Árboles que contemplan silenciosos el paso de generaciones jugando alrededor de sus troncos o refugiándose del calor en verano en bancos bajo sus ramas; anclados en firmes raíces e indiferentes a las inclemencias del tiempo y la ciudad , no con resignación, sino con una paz imperturbable; dándoles la bienvenida tanto a lo bueno como a lo malo.
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